martes, 31 de agosto de 2010

Sentimiento único

Seguramente la vida de Romina Vatteone dio un giro de 180 grados cuando el Chapa Retegui decidió incluirla en el equipo mundialista. La volante de GEBA es la única Leona del plantel que es mamá. Y para ella eso no es nada fácil de llevar.
A sus 32 años Vatteone creía que ya nada tenía por hacer el equipo nacional hasta que recibió el llamado del técnico convocándola al Mundial en lugar de la 14 años más joven, Josefina Sruoga. Inesperado sí, a esa altura de su carrera la jugadora estaba más cerca de actuar en el equipo B de GEBA que cumplir su sueño: disputar un Mundial. La decisión de ir a Rosario no fue para nada fácil. Ya no estaba sola, tenía a alguien que dependía de ella casi como el aire para respirar, su pequeño hijo Felipe. Conciente de que iba a ser complicado, la volante de Las Leonas, luego de hablarlo con su esposo Alejandro, se decidió por el si y hoy está cumpliendo el sueño de su vida.
A diferencia de varias históricas de la Selección como lo son Vanina Oneto e Inés Arrondo, quienes se retiraron para ser madres luego de consagrarse en el conjunto nacional, la historia de Vatteone es a la inversa: fue mamá y hoy busca la gloria en Rosario.
Admiradora de Luciana Aymar, con quien compartió plantel en el Mundial Junior de 1997, a la jugadora de GEBA le fue muy difícil la preparación para la Copa del Mundo. Las giras que realizó la selección que la alejaron temporalmente de su hijo no la hicieron disfrutar del todo. “Las giras por Nueva Zelanda y Australia fueron las más duras”, confesó con honestidad. Hoy el pequeño Felipe, con sus 2 años, corre por el hotel cerca de la mirada de su mamá, que asegura que estar en la Selección y ser madre es una “felicidad doble”.

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